el Planeta de los Simios IV (1972) parte 8

el Planeta de los Simios IV (1972) (Título original en inglés Conquest of the Planet of the Apes). Cuarto filme en la saga de The Planet of the Apes (en español El planeta de los simios, de 1968). Aquí la trama se ubica en 1991. Después de que Armando (Montalbán) salvara al pequeño hijo de Cornelius, César, el tiránico gobernador Breck detecta un parecido entre este (interpretado nuevamente por Roddy McDowall) y su padre; al sospechar un engaño, manda que Armando sea detenido e interrogado, pero este se suicida antes de traicionar a César, al que ayuda para hacerse pasar por un simio salvaje. Durante su amaestramiento César observa de primera mano la frustración de sus congéneres, a quienes los seres humanos tratan como esclavos. Decidido a salvar a su raza, César dirige una conspiración y logra hacerse con el poder en la ciudad tras una violenta noche de enfrentamiento con los antidisturbios, capturando a Breck. Casi al final de la cinta, César declara que los humanos serán ahora esclavos de los simios, aunque serán dominados con compasión y comprensión, sin violencias ni rencores por el pasado. Este final fue añadido en post-producción, ya que el público no reaccionó bien ante el desenlace original, con un César pletórico y autoritario ordenando el linchamiento de Breck y proclamando el inicio de la era simia.

el Planeta de los Simios IV (1972) parte 5

el Planeta de los Simios IV (1972) (Título original en inglés Conquest of the Planet of the Apes). Cuarto filme en la saga de The Planet of the Apes (en español El planeta de los simios, de 1968). Aquí la trama se ubica en 1991. Después de que Armando (Montalbán) salvara al pequeño hijo de Cornelius, César, el tiránico gobernador Breck detecta un parecido entre este (interpretado nuevamente por Roddy McDowall) y su padre; al sospechar un engaño, manda que Armando sea detenido e interrogado, pero este se suicida antes de traicionar a César, al que ayuda para hacerse pasar por un simio salvaje. Durante su amaestramiento César observa de primera mano la frustración de sus congéneres, a quienes los seres humanos tratan como esclavos. Decidido a salvar a su raza, César dirige una conspiración y logra hacerse con el poder en la ciudad tras una violenta noche de enfrentamiento con los antidisturbios, capturando a Breck. Casi al final de la cinta, César declara que los humanos serán ahora esclavos de los simios, aunque serán dominados con compasión y comprensión, sin violencias ni rencores por el pasado. Este final fue añadido en post-producción, ya que el público no reaccionó bien ante el desenlace original, con un César pletórico y autoritario ordenando el linchamiento de Breck y proclamando el inicio de la era simia.

el Planeta de los Simios III (1971) parte 6

(Título original en inglés Escape from the Planet of the Apes). Tres simios: los Drs. Cornelius, Zira y Milo (McDowall, Hunter y Mineo) llegan a la Tierra, en la misma nave que usó Taylor en la primera película que fue rescatada por el Dr. Milo del fondo de un lago, después de que la destrucción del planeta los retrocediera dos milenios atrás en el tiempo, hasta 1973. Uno de ellos (el Dr. Milo) es asesinado accidentalmente por un gorila, y así solo quedan Zira y Cornelius (los mismos que en la primera cinta dieron ayuda a Taylor, evitando su aniquilamiento). Al principio los humanos aprecian a estos simios pero al descubrir que en un futuro los simios esclavizarían a los humanos y destruirán el planeta deciden que lo mejor es matarlos a ellos ya su hijo que está a punto de nacer y así evitar el desastre siniestro sobre la raza humana. Dos psicólogos de animales ayudan a salvar la vida del hijo de Zira y Cornelius, con la ayuda de Armando (Ricardo Montalbán) el dueño de un circo, intercambiando al pequeño Milo (hijo de Zira) con una cría nacida en el circo. Finalmente Zira y Cornelius mueren mientras se ocultaban en un barco carguero y los agentes del gobierno creen haber aniquilado también a su pequeño chimpancé; sin embargo la toma final muestra a Armando (Montalbán) levantando sus carpas circenses mientras el pequeño simio articula «mamá».