El director Antonio Urrutia (quien ya sorprendió al mundo con su corto nominado al Oscar De Tripas Corazón, y con su corto multipremiado Sin Sostén) debuta en el largometraje y, con el apoyo de nombres como Guillermo del Toro y de Santiago Segura, nos ofrece una comedia donde el motivo principal de humor está asociado al sexo, una constante del humor mexicano. La premisa, buena y en cierto modo original, desencadena una serie de eventos y personajes girando alrededor de un tema que nos lleva hasta a los antepasados prehispánicos, y en medio de gags buenos y varios no tan buenos (y hasta malos), nos permite ver al mismo Segura (en un rol pequeño pero importante) junto a figuras del cine mexicano reciente (Jesús Ochoa, Ivonne Montero, Daniel Giménez-Cacho, Gabriela Roel), y del no tan reciente (Rafael Inclán). El sexo y un asesino de placer surreal tiene cabida en cualquier ciudad del mundo, pero la elección de una de por si surreal y placentera Ciudad de México es una buena elección. La cinta tiene sus momentos divertidos, pero ni la frescura de la trama ni los gags bastan para lograr algo trabajado y, pese a que está llevada con soltura, no termina de cuajar en algo que dure en nuestra memoria más allá de la duración de la proyección. En lo personal, creo excesiva la presencia del multi-presente Giménez-Cacho (que es buen actor y no requiere salir de secundario en casi todas las cintas mexicanas que se filmen), pues sólo aporta el factor de taquilla ya que el rol es menor …
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