A grandes rasgos, el método es el siguiente: – Tomamos una porción de texto bíblico en forma arbitraria. Por ejemplo, 10000 caracteres desde Génesis 1:3 en adelante, o lo que ustedes quieran. – Codificamos la información en forma de filas y columnas, 1 carácter ocupando cada celda, creando un bloque de texto rectangular. – Definimos una celda cualquiera como punto de partida. – Tomamos un numero cualquiera (tanto positivo como negativo) para empezar a buscar SLEs. – Anotamos lo que encontramos. Si no encontramos nada divertido, entonces repetimos la búsqueda cambiando el espaciado, rediseñando el rectángulo, cambiando el punto de partida, usando otro texto, o usando el mismo texto en otro idioma. Descuartizado de esta manera, supongo ya se habrán dado de donde reside realmente el código bíblico: en la estadística, no en la Biblia. Ah, me olvide de mencionar que la secuencia no tiene por que ser horizontal. Puede ser vertical, diagonal o con saltos como los del caballo del ajedrez. Aún mayores posibilidades… Así que, es verdad que realmente se encuentran palabras relacionadas aplicando este método (la palabra «código» le da un aire de misterio injustificado) a la Biblia. Realmente podemos encontrar en la Biblia palabras como Irán, nuclear y guerra en el mismo rectángulo de texto, es verdad. ¿Por que esto habría de sorprendernos? ¿Acaso no podremos encontrar también palabras como «perro» o «gato» o «Playstation», que no son de interés cospirativo, premonitorio o religioso …